En el universo de la investigación criminal, pocos elementos han transformado tan profundamente la práctica forense como la implementación de la Advertencia Miranda. Lo que comenzó como un caso judicial individual en Arizona se convirtió en un paradigma científico que redefinió los estándares internacionales para la obtención de evidencia testimonial.

Madeleine Beth McCann, menor británica de 3 años, desapareció en la noche del 3 de mayo de 2007 del apartamento 5A del Ocean Club Resort en Praia da Luz, Algarve, Portugal. El caso se convirtió en una de las investigaciones de personas desaparecidas más prolongadas y mediáticamente seguidas de la historia moderna, generando desarrollos significativos en técnicas criminalísticas y protocolos de búsqueda internacional.

Paolo Sánchez Carrasco, adolescente de 14 años residente en la colonia Romero de Terreros, Coyoacán, Ciudad de México, se convirtió en el centro de una investigación forense compleja que expuso las vulnerabilidades de los menores ante condiciones extremas de supervivencia.

El asesinato del reportero gráfico argentino José Luis Cabezas en enero de 1997 representó uno de los ataques más graves contra la libertad de expresión en América Latina. Cabezas había fotografiado al empresario Alfredo Yabrán, figura vinculada a entramados mafiosos y protegido por el poder político, lo que desencadenó su secuestro, ejecución y quema del cuerpo en una cava de General Madariaga.