Caso El asesinato de José Luis Cabezas (1997)
- cienciaporlaverdad
- 10 sept
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Actualizado: 19 sept

Antecedentes del caso
José Luis Cabezas, reportero gráfico de la revista Noticias, se convirtió en una figura emblemática del periodismo argentino en los años 90. Nació el 28 de noviembre de 1961 en Wilde, provincia de Buenos Aires, y dedicó su carrera a documentar con su cámara la realidad política y social del país. En febrero de 1996, logró fotografiar al empresario Alfredo Yabrán, poderoso magnate de la logística y las comunicaciones, cuya imagen había permanecido oculta por años.
La fotografía publicada rompió el mito de su invisibilidad y expuso públicamente a quien era señalado como líder de un entramado mafioso con conexiones políticas y judiciales. Un año después, en la madrugada del 25 de enero de 1997, Cabezas fue secuestrado, asesinado y su cuerpo hallado calcinado en una cava de General Madariaga, cerca de Pinamar. Su muerte fue interpretada como un mensaje de intimidación al periodismo argentino y un intento de silenciar la libertad de expresión.
Perfiles de los implicados
Alfredo Yabrán: Empresario acusado de ser el autor intelectual del crimen. Su poder económico y sus conexiones políticas lo convirtieron en una figura intocable hasta que la foto de Cabezas lo expuso públicamente. En 1998, al emitirse una orden de captura en su contra, se suicidó en su estancia de Entre Ríos.
Gregorio Ríos: Jefe de seguridad de Yabrán. Fue condenado como partícipe necesario del crimen, encargado de coordinar la ejecución del asesinato.
Gustavo Prellezo: Oficial de policía bonaerense y ejecutor material de los disparos que terminaron con la vida de Cabezas. Condenado a prisión perpetua, en 2010 obtuvo prisión domiciliaria y más tarde fue liberado.
Alberto “La Liebre” Gómez: Comisario de Pinamar, acusado de “liberar la zona” para que el crimen pudiera ejecutarse sin intervención policial. Condenado a prisión perpetua.
La banda de “Los Horneros”: José Luis Auge, Sergio González, Horacio Braga y Héctor Retana. Delincuentes de La Plata contratados como sicarios para secuestrar y trasladar a Cabezas. Recibieron condenas perpetuas, pero con el tiempo accedieron a beneficios que les permitieron recuperar la libertad.
Análisis del sitio del suceso
El cuerpo de Cabezas fue hallado dentro de su automóvil Ford Fiesta, completamente calcinado, en una cava de General Madariaga. La inspección técnica ocular reveló que la víctima había sido esposada, reducida y ejecutada con dos disparos en la región occipital. Posteriormente, el vehículo fue incendiado con el cuerpo en su interior para eliminar rastros de evidencia.
Elementos detectados en la escena:
Restos metálicos de esposas.
Impactos de proyectil en el cráneo.
Residuos de acelerantes de combustión.
El escenario reflejaba un modus operandi típicamente mafioso: secuestro, ejecución y destrucción de evidencia mediante fuego.
Evidencias recopiladas
Pruebas balísticas: Se confirmaron dos impactos de bala calibre 9 mm en la región occipital. La trayectoria evidenció un disparo de ejecución a corta distancia.
Pruebas forenses: La autopsia indicó que Cabezas murió por disparos antes de la incineración. Las quemaduras fueron post mortem.
Pruebas criminalísticas: La utilización de esposas, el traslado de la víctima y la quema del vehículo evidenciaron planificación y participación organizada de varias personas.
Testimonios: Las declaraciones de los Horneros, junto con otras pruebas, vincularon directamente a Gregorio Ríos y al policía Prellezo.
Hallazgo del cadáver
El hallazgo ocurrió la mañana del 25 de enero de 1997 por parte de un poblador local. El cuerpo se encontraba irreconocible debido al fuego, lo que dificultó la identificación inmediata. La autopsia realizada confirmó la causa de muerte: disparos en la cabeza seguidos de incineración del cuerpo.
Resolución judicial
En el año 2000, los tribunales condenaron a prisión perpetua a los implicados: Los Horneros, Gustavo Prellezo, Gregorio Ríos y el comisario Gómez. La sentencia fue celebrada como un hito contra la impunidad mafiosa. Sin embargo, con el paso del tiempo, los condenados accedieron a beneficios como la ley del “dos por uno”, libertades condicionales y reducciones de pena. Para el año 2017, ninguno de los responsables permanecía en prisión, lo que reflejó el retorno de la impunidad estructural en el caso.
Actualidad del caso
Aunque formalmente cerrado, el caso Cabezas sigue presente en la memoria colectiva. Cada 25 de enero, Argentina recuerda su asesinato con la consigna: “No se olviden de Cabezas”. Diversas organizaciones de derechos humanos, como la CIDH, la ONU y la UNESCO, han señalado la obligación de los Estados de investigar, sancionar y prevenir crímenes contra periodistas, calificando estos ataques como una amenaza directa a la democracia.
Apartado técnico-científico
Análisis forense y limitaciones metodológicas
El caso Cabezas se resolvió con los recursos técnicos disponibles en los años 90, que permitieron establecer causa de muerte, arma utilizada y dinámica del crimen. Sin embargo, algunas limitaciones fueron notorias:
La balística forense confirmó calibre y trayectorias, pero la cadena de custodia de ciertos indicios fue cuestionada.
La criminalística de campo determinó la mecánica del incendio, aunque no se recuperaron rastros útiles de acelerantes.
La medicina legal permitió identificar que la incineración fue post mortem, diferenciando los efectos de la ejecución respecto al fuego.
En una reapertura con técnicas modernas, podrían aplicarse métodos de ADN avanzado en restos degradados, análisis químico de acelerantes con cromatografía de última generación, y modelado 3D del lugar del hallazgo para reconstrucción virtual de la escena.
Glosario de términos
Zona liberada: situación en la que fuerzas de seguridad se abstienen deliberadamente de intervenir para permitir la comisión de un delito.
Impunidad estructural: fenómeno en el que los mecanismos legales y judiciales generan la falta de sanción efectiva en delitos graves.
Prisión perpetua: condena máxima en la legislación argentina; en los hechos, puede ser flexibilizada con beneficios penitenciarios.
Modus operandi mafioso: patrón criminal caracterizado por secuestro, ejecución y destrucción de evidencia como método de intimidación.
Libertad de expresión: derecho humano protegido por la Convención Americana, esencial para la democracia.
Este documento constituye un recurso formativo para estudiantes y profesionales de las ciencias forenses, con el objetivo de fomentar el análisis crítico y científico de casos emblemáticos.
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